miércoles, 15 de septiembre de 2010

Amor carnal , amor espiritual. Caracterìsticas


¿Cómo reconocer el amor verdadero?
          Para conocer las características del amor verdadero, vamos a ver la diferencia entre lo que es la pasión y el amor. Entre lo que es el amor carnal y el amor espiritual.


La pasión.
         La llama de un deseo pasajero
Jueces 14. Desde el cap. 13 en adelante se nos habla de Sansón, uno de los jueces de Israel, conocido por su fortaleza física, por su gran vigor. 


 "Amor a primera vista"
        Dice en 14:1: "Descendió Sansón a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. Y subió, y lo declaró a su padre y a su madre diciendo: Yo he visto en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que me la toméis por mujer. Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: Tómame ésta por mujer, porque ella me agrada." (La Biblia de Jerusalén traduce así esta última frase: "porque esa es la que me gusta".) El verso 5 dice que Sansón descendió con su padre y su madre a Timnat.
        Aquí tenemos a un hombre que se enamora como decimos comúnmente "a primera vista" de una mujer. Ella era filistea, es decir, pertenecía a un pueblo pagano. Los padres de Sansón intentaron disuadirlo, pero no lo lograron. Él insistió: "Esa es la que me gusta." Sus padres no tuvieron la suficiente fuerza como para resistir la decisión de Sansón. Finalmente, ocurrió que Sansón se casó con esta mujer.
       Sin embargo, la relación terminó tristemente, por causa de que Sansón se sintió burlado, al plantear un enigma en el banquete de bodas, que fue respondido por los invitados. Entonces él mató a unas personas para cumplir con la apuesta, y se fue "encendido en enojo" (v.19) a la casa de su padre. "Y la mujer de Sansón fue dada al compañero , al cual él había tratado como su amigo." (v.20).
¿Qué tenemos aquí? Un enamoramiento inmediato y fugaz. Una mujer que "entra" por los ojos de Sansón, y que lo cautiva. Luego él fuerza la voluntad paterna, transgrede las leyes del Señor al tomar una mujer extranjera, y termina en un fracaso terrible, en una tremenda desilusión. Incluso, con el homicidio de varias personas.


 "La pasión de un momento"
          Pero, sigamos. Capítulo 16. "Fue Sansón a Gaza y vio allí a una mujer ramera, y se llegó a ella" (Es decir, "tuvo relaciones sexuales con ella"). Y fue dicho a los de Gaza: Sansón ha venido acá. Y lo rodearon, y acecharon toda a aquella noche a la puerta de la ciudad (porque todos los enemigos de Sansón querían capturarlo); y estuvieron callados toda aquella noche (mientras Sansón estaba con la mujer), diciendo: Hasta la luz de la mañana; entonces lo mataremos. Mas Sansón durmió hasta la medianoche; y a la medianoche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se fue y las subió a la cumbre del monte que está delante de Hebrón." (vv.1-3)
Sansón juega con su fuerza. Se burla de sus enemigos. Coquetea con la mujer. Y cae luego bajo sus seducciones. Llevamos dos mujeres en la vida de Sansón, en un corto tiempo.
"En las redes de una mujer astuta"
           Vers.4.: "Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila."
          Sansón y Dalila. Todo el mundo sabe de esta pareja. Ella ha dado tema para películas, libros, canciones y para muchas historias. Ella también era filistea. Y Sansón se enamoró de ella. Dice la Escritura que esta mujer en realidad no sentía nada por él; al contrario, ella fue usada por los enemigos de Sansón para tratar de obtener información acerca de dónde provenía su fuerza descomunal, y cómo podrían derrotarle.
         Desde el principio, Dalila comenzó a importunarle, diciéndole: "Yo te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza, y cómo podrás ser atado para ser dominado." Sansón contestó varias cosas, ellos hicieron varios intentos por cazarlo, pero dice en el v. 16: "Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia. Le descubrió, pues todo su corazón, y le dijo: "Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres."
        En ese momento se produce la caída de Sansón. Tanto le importuna la mujer, tanto se ha dejado seducir por esta mujer astuta, que finalmente la da a conocer el secreto de su fuerza, que era un secreto entre él y Dios.  Descubrió todo su corazón delante de una mujer incircuncisa, y entonces él se quedó dormido en las rodillas de ella, y ella le cortó su cabello. Se le fue la fuerza, vinieron los enemigos, lo capturaron y tuvieron a Sansón dando vueltas en un molino como un animal de carga, en forma vergonzosa.
Sansón es, tal vez, el personaje de la Biblia que mejor ilustra lo que es el amor pasional. El amor a primera vista, o enamoramiento. Lo que es un sentimiento fugaz, que no tiene ninguna estabilidad.
Sansón era un hombre dotado, capaz, lleno de poder, lleno de recursos espirituales. Pero él los ofreció a cambio de una pasión con tres mujeres.
          El final de Sansón es triste. ¿Cuál fue su gran problema? El era un hombre sensual, un hombre apasionado, que vivía por los deseos, impulsos y apetitos del alma.
Tengamos en cuenta su ejemplo, porque nos va a servir más adelante.

Amnón y Tamar: "Cómo el "amor" se convierte en odio"
Avancemos ahora un poco más en la Escritura. 2 de Samuel cap. 13.
Vamos a ver la historia de dos hijos del rey David. Como ustedes saben, los reyes en Israel tenían muchas esposas, y estos dos jóvenes: Amón –el varón– y Tamar –su hermana– eran hijos de David, pero de distintas mamás, de modo que eran medio hermanos.
          Tamar era una muchacha hermosa. Dice en el verso 2: "Y estaba Amnón angustiado hasta enfermarse por Tamar su hermana, pues por ser ella virgen, le parecía a Amnón que sería difícil hacerle cosa alguna." Amnón se enamoró de su hermana con tanta fuerza, con un fuego tan avasallador, que estaba angustiado hasta enfermarse por ella.
¿Qué tipo de amor era éste? En la última frase de este versículo se nos revela qué clase de amor era: "Por ser ella virgen, le parecía a Amnón que sería difícil hacerle cosa alguna." Su intención no era amarla de verdad, sino "hacerle algo". Nosotros sabemos a qué se refiere eso.
Amnón estaba enfermo de amor. Luego, un amigo de él, cuando lo vio tan triste, le dijo: "Mira, yo te tengo la solución. Haz lo siguiente: declárate enfermo. El rey, tu padre, te vendrá a ver, y tú le dirás que deseas que tu hermana Tamar te venga a ver y te prepare algo para comer."
         Tratándose de que eran hermanos, iba a ser todo muy normal. El plan se cumplió a la perfección. El rey vino a verlo. Amnón le hizo la petición. Éste mandó a Tamar para que viniera a prepararle algo para comer – un plato favorito de él, y en un momento, cuando ella le llevaba en la sartén lo que le había preparado, él no quiso comer. "Y dijo Amnón: Echad fuera de aquí a todos. Y todos salieron de allí. ¿Quiénes eran esos "todos"? Los servidores. Recordemos que él era un príncipe. Entonces Amnón dijo a Tamar: "Trae la comida a la alcoba para que yo coma de tu mano. Y tomando Tamar las hojuelas que había preparado, las llevó a su hermano Amnón a la alcoba. Y cuando ella se las puso delante para que comiese, asió de ella (la tomó), y le dijo: Ven, hermana mía, acuéstate conmigo. (La intención era evidente). Ella entonces le respondió: No, hermano mío, no me hagas violencia; porque no se debe hacer así en Israel. No hagas tal vileza. Porque ¿adónde iría yo con mi deshonra? Y aun tú serías estimado como uno de los perversos en Israel. Te ruego, pues, ahora, que hables al rey, que él no me negará a ti. (Ella le sugiere que la pida al rey, pero, se entiende, como esposa. En esos tiempos, existían matrimonios con cierto parentesco, de modo que podía él llegar a tenerla como esposa si la pretendía). Mas él no la quiso oír (¿por qué? Porque no la quería como esposa, no la amaba de verdad), sino que pudiendo más que ella, la forzó, y se acostó con ella.
         Luego la aborreció Amnón con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado. Y le dijo Amnón: Levántate, y vete. (¡Qué palabras duras!) Y ella le respondió: No hay razón; mayor mal es este de arrojarme, que el que me has hecho. Mas él no la quiso oír, sino que llamando a su criado que le servía, le dijo: Échame a ésta fuera de aquí (Era su hermana, pero usa la palabra "ésta", que suele usarse para indicar a una mujer de baja condición), y cierra tras ella la puerta. Y llevaba ella un vestido de diversos colores, traje que vestían las hijas vírgenes de los reyes (era una princesa). Su criado, pues, la echó fuera, y cerró la puerta tras ella. Entonces Tamar tomó ceniza (que era la forma en que los judíos expresaban un gran dolor) y la esparció sobre su cabeza, y rasgó la ropa de colores de que estaba vestida, y puesta su mano sobre su cabeza, se fue gritando.
"Y le dijo su hermano Absalón (éste era hermano de padre y madre): ¿Ha estado contigo tu hermano Amnón?     Pues calla ahora, hermana mía; tu hermano es; no se angustie tu corazón por esto (él habla así porque trata de consolarla, aunque estaba airado con Amnón). Y se quedó Tamar desconsolada en casa de Absalón su hermano. Y luego que el rey David oyó todo esto, se enojó mucho. Mas Absalón no habló con Amnón ni malo ni bueno; aunque Absalón aborrecía a Amnón, porque había forzado a Tamar su hermana."
           Ustedes saben lo que pasó luego. Desde ese día, Absalón empezó a tramar la muerte de su hermano Amnón, y finalmente lo hizo matar. Y el rey no sólo tuvo una hija deshonrada, y un hijo vil, sino que tuvo un hijo muerto, y a otro hijo fugitivo de la justicia.
¿Cómo fue provocado todo esto? ¿Por el amor? ¿Fue eso amor? No, eso fue una pasión. Este es el "amor alternativo" que ofrece la carne, y el mundo hoy en día. Este es el amor que está en boca de todos. Que aparece hoy y desaparece mañana. Que envuelve el corazón del hombre como una red hasta hacerlo enfermarse.
          Y pensar que ese es el amor que, cuando una persona lo siente, piensa que es el amor de su vida, y que después de esta persona (que lo inspira) no habrá ninguna otra, no puede haberla, en todo el universo. Sin embargo, muchas veces, después de conseguido el objetivo, que es saciar los apetitos, se transforma en el odio más profundo, en el rechazo más absoluto.
Aunque tú no hubieras leído nunca antes esta historia, ¿no esto lo que suele verse todos los días? La Biblia no es un libro anticuado. Está muy vigente.




El amor verdadero.
         Ahora, permítenos mostrarte un poco el otro lado. Asomémonos un poco al amor genuino.

Confiando en la elección de Dios
        Vamos a ir a Génesis 24. Este es, tal vez, uno de los capítulos más preciosos de toda la Biblia. Iremos resumiendo y leyendo algunos versículos.
Isaac es el hijo único de su padre Abraham. Es el heredero de todos los bienes. Es un muchacho dichoso y bienaventurado. Lo tiene todo sin haber hecho nada. Hijo único. Su padre ve que es el tiempo de que su hijo de case. Entonces, envía por el más importante de sus criados, el administrador de todos sus bienes, y le dice: "Mira, yo no quiero que mi hijo se case con una mujer de nuestro vecindario, porque esta gente es impía e idólatra. Yo quiero que vayas a la casa de donde yo salí, allá lejos, cientos de kilómetros; toma regalos, camellos, y alimento para muchos días. Búscate acompañantes, haz una caravana, y anda, trae una mujer para mi hijo. Y el criado fue.
Iba temblando en su corazón por la tremenda responsabilidad. Él no podía fallarle ni a su amo mayor, ni a su amo pequeño: el joven Isaac. Él iba orando. Seguramente no dormía bien en esas noches a la intemperie, pidiendo a   Dios que lo dirigiera. Y cuando iba llegando al lugar, ora así: "Señor, por amor a tu siervo Abraham, permite que cuando yo llegue a ese lugar, me encuentre así como por azar con la mujer que tú has destinado como esposa para mi amo pequeño."
         Vers. 15: "Y aconteció que antes que él acabase de hablar (de hacer esta petición a Dios), he aquí Rebeca, que había nacido a Betuel, hijo de Milca mujer de Nacor hermano de Abraham, la cual salía con su cántaro sobre su hombro. Y la doncella era de aspecto muy hermoso, virgen, a la que varón no había conocido; la cual descendió a la fuente, y llenó su cántaro, y se volvía."
             El criado, al orar a Dios, había puesto también una señal. Él había dicho: "A la primera joven que yo encuentre, a la cual yo le pida de beber, y que no solamente me dé de beber a mí, sino también a los animales, que ésa sea." Entonces comienza a hacer la prueba. Le pide de beber. Y la muchacha, que no sólo era hermosa, sino que era también diligente, le da de beber a él, y también a los camellos. ¡Algo insólito! Una joven bien criada. Una joven rica le da de beber a los camellos. Eso no es algo normal. ¡Esa era la respuesta a una petición del criado! Luego él le pide que se identifique. ¡Era pariente de su amo Abraham!
          Cuando él vio lo que estaba ocurriendo, dice (v. 26) que "el hombre entonces se inclinó, y adoró a Jehová." No pudo resistirlo. Estaba tan emocionado por lo que estaba viendo, que se inclina, cae en tierra y adora a Dios, porque Él había respondido su oración.
          Entonces ella lo lleva a la casa, y él informa a la familia cuál es el motivo de su viaje. Entonces ellos, al conocer todas las cosas, le dicen al criado: "De Jehová ha salido esto; no podemos hablarte malo ni bueno. He aquí Rebeca delante de ti; tómala y vete, y sea mujer del hijo de tu Señor, como lo ha dicho Jehová."
          Cuando el criado de Abraham oyó sus palabras, se inclinó en tierra ante Jehová. Y sacó el criado alhajas de plata y alhajas de oro, y vestidos, y dio a Rebeca; también dio cosas preciosas a su hermano y a su madre. Y comieron y bebieron él y los varones que venían con él, y durmieron; y levantándose de mañana, dijo: Enviadme a mi Señor." Ya había cumplido su misión. Ahora se llevaba una esposa para su amo.
         Entonces, el hermano y la madre de ella respondieron: "Espere la doncella con nosotros al menos diez días, y después irá." (No te la lleves de inmediato, queremos disfrutarla todavía un poco) . Entonces él les dijo: "Por favor no me detengan, yo quiero irme inmediatamente donde mi Señor". Entonces ellos respondieron: "Nosotros decimos que sí, tú dices que no. Zanjemos este asunto de la siguiente manera: llamémosla a ella, que ella decida. Si quiere irse contigo de inmediato, se van, sin no, se queda ella con nosotros diez días."
"Y llamaron a Rebeca, y le dijeron: ¿Irás tú con este varón? Y ella respondió: Sí, iré." (v.58).
        El camino era de varios días. Seguramente el criado le iba contando a Rebeca cómo era su amo joven, y con cada cosa que él le decía, ella se iba enamorando más y más. Después de varios días, dice el versículo 62: "Y venía Isaac del pozo del Viviente-que-me-ve; porque él habitaba en el Neguev. Y había salido Isaac a meditar al campo, a la hora de la tarde (Era un varón tranquilo: había salido a meditar. Su corazón estaba expectante. Su esposa aparecería en cualquier momento. ¡Cómo oraría él pidiéndole a Dios que el criado no se equivocara!); y alzando sus ojos miró, y he aquí los camellos que venían.
Rebeca también alzó sus ojos, y vio a Isaac, y descendió del camello; porque había preguntado al criado: ¿Quién es este varón que viene por el campo hacia nosotros? Y el criado había respondido: Este es mi Señor. (¡este es mi Señor!) Ella entonces tomó el velo, y se cubrió. Entonces el criado contó a Isaac todo lo que había hecho. Y la trajo Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer, y la amó; y se consoló Isaac después de la muerte de su madre."
          Notemos aquí algunos detalles importantes, que muestran un contraste con lo que ocurrió con Sansón. Dice la Escritura que Isaac estaba meditando en la tarde – había orado intensamente. El no conocía a su mujer. Otro la eligió por él. Él había confiado en que Dios escogería la mujer apropiada para él. Y luego, cuando se casaron, dice que "la amó". Así de simple. La amó.
        Luego, al conocer el resto de la historia de Isaac, vemos que fue un matrimonio dichoso. Ellos tuvieron dos hijos, y nada perturbó la vida de ese matrimonio. En cambio cuando vemos a Sansón, ¿qué es lo que encontramos allí? Que él se enamora una y otra vez. "Se enamora". En cambio, Isaac, sin conocerla, y sólo confiando en Dios, "la amó".
         Trasladémonos a nuestra realidad.Tal vez tú tengas la siguiente observación: "¡Ah, pero esos eran otros tiempos! Hoy no corresponde hacer así. Sería anticuado, ridículo que el padre de un joven le buscara esposa a su hijo; y más encima usara a una tercera persona para escogerla." Es cierto. Hoy no se estila así.
Pero ¿cuál es el principio que tenemos que sacar de esto? El principio es este: En realidad, la mujer de Isaac no la escogió el criado, ni Abraham ni Isaac. Estas tres personas que aparecen involucradas en el caso no tuvieron nada que ver, excepto comprobar la elección que Dios había hecho. ¡Dios la escogió!
Sansón nos demuestra que cuando entra una mujer por los ojos de un hombre y lo cautiva y se enamora con ese apasionamiento que en Amnón era una enfermedad, entonces su desenlace es trágico, porque Dios no está involucrado en eso. Allí no se tomó en cuenta a Dios.
         La gran diferencia radica, pues, en si Dios está o no involucrado. Si la esposa (o el esposo) fue escogido por Dios, o si es sólo del agrado de los "los ojos" del que "se enamora". Pero avancemos un poco más y veamos otro caso.
La dulce espera del amor
         Génesis 29:20: "Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba".
             Aquí el padre de la novia pone la siguiente condición: era necesario comprarla, así que él la compra con siete años de trabajo. Imaginémonos lo que son siete años. En siete años un joven estudiante de Medicina alcanza a completar toda su carrera. En siete años un muchacho se convierte en joven y un joven en adulto. Sin embargo, a Jacob "le parecieron como pocos días, porque la amaba".
¿Qué podemos sacar como conclusión de aquí? Tú sabes, los tiempos cambian, las costumbres cambian, pero los principios de Dios permanecen. ¿Cuál es el principio aquí? Que el amor genuino no varía, permanece, y que puede esperar. De tal manera que no hay tal cosa como un amor genuino y puro, que sea al mismo tiempo tan apasionado, tan avasallador que obligue a dos jóvenes a casarse ahora ya. No existe eso.
             El amor genuino, el amor de Dios puede esperar todo el tiempo. Como es genuino no tiene el problema que tiene el oropel, que se corrompe y se oxida. El amor genuino es como el oro. No importa que esté al viento, y sujeto a todos cambios de temperatura, y a todas las circunstancias. Permanece igual. Ese es el principio.
            Veamos un poco más acerca de este amor. Efesios 5:25: "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella."
De todas las cosas grandes que se dicen en este versículo, vamos a rescatar una frase, la que dice "y se entregó a sí mismo por ella." El amor genuino no tiene todas las flechas y todas las direcciones enfocadas hacia el "yo", sino que todo apunta hacia el "tú". De tal manera que el amor posesivo, el amor sensualista que busca deleite, y que busca el ensalzamiento del ego, ese no es amor.
¡Pero hasta aquí no hemos dicho nada aún acerca del verdadero amor!

El origen y la naturaleza del verdadero amor
       Por favor, vayamos a 1ª Corintios 13:4-7. "El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta."
             El amor verdadero no reside en el alma, sino en el espíritu. Si no estás familiarizados con los términos "alma" y "espíritu", vamos a explicar un poco. El alma es el lugar –intangible por supuesto– donde reside nuestra personalidad, donde está nuestra voluntad, nuestra inteligencia, y nuestros sentimientos y afectos. Estas son las tres grandes facultades del alma. Eso corresponde al yo, a mi manera de ser, a mi persona en particular. La gente que no conoce a Dios tiene dos partes en su ser que están funcionando: el alma y el cuerpo. Pero cuando una persona nace de nuevo, entonces revive su espíritu, que es donde viene a habitar el Espíritu de Dios.
           Todas las personas del mundo, no importa si son hijos de Dios o no, tienen en su alma la facultad de amar, de odiar, de enojarse, de entristecerse, de tener sentimientos, emociones, y de tener una capacidad de decidir.  El amor "pasional", este amor de Sansón, este amor de Amnón, es un amor que reside en esa parte: el alma.
En cambio, el amor espiritual, el amor de Isaac, o Rebeca, y el amor de Jacob, el amor de Cristo por la iglesia, el amor del que se habla aquí en 1ª Corintios 13 no procede del alma. No es un simple sentimiento; no es la simple emoción de sentirse agradado al lado de la persona a quien se ama. Es también una emoción, es también un sentimiento del espíritu, del ser interior que uno tiene adentro luego que uno ha conocido al Señor.
            De manera que, aunque esto resulte fuerte, tenemos que decirlo: el verdadero amor no reposa en quien que no ha conocido a Dios. Simplemente, no lo conoce. Conoce un remedo, una imitación, una caricatura, una sombra. Algo que "parece", pero que no es.
¿Y sabes qué es lo que sostiene –en muchas parejas– el llamado amor que se tienen? Muchas veces es simplemente una confraternidad, una mutualidad, porque ambos se necesitan el uno al otro, porque les conviene estar juntos. Ambos sacan provecho el uno del otro. Pero ellos no conocen el verdadero amor.
            Nosotros, como hijos de Dios tenemos por lo tanto, la opción de amar de verdad. El mundo no tiene opción. Ellos aman con el único amor que conocen, el sentimiento y la pasión del alma. Pero nosotros tenemos dos opciones: tenemos el amor del alma, que podemos sentir igual que ellos; y tenemos el amor como un fruto del espíritu que reposa en nuestro corazón, y que es de Dios.
             El mundo exacerba esta clase de amor pasional, que se origina, no de adentro, del espíritu, sino que parte por los sentidos, por lo que tocas, por lo que hueles, por lo que oyes. La música lo exacerba, las caricias lo exacerban, la mirada lo exacerba. Y también la belleza exterior, que es el ropaje que lleva una persona.
            El mundo no conoce las cosas de las que estamos hablando aquí. Pero desde hoy tú no sólo las tienes, sino que también las conoces. Tú tienen desde ahora una tremenda ventaja. Porque cuando comience a aflorar esa cosquillita allí después de mirar a un(a) joven atractivo (a), y después, cuando se le va el sueño en la noche pensando en él (o en ella), y sientas el deseo de estar juntos, como que estalla en el corazón una emoción profunda al estar a su lado, y todo lo que nosotros sabemos: el sudor de las manos, el temblor de las piernas.
           Todo esto, amado joven, puedes sentirlo hoy, y desaparecer mañana. Y cuántas veces te ha pasado –nos ha pasado– que lo que hoy nos parece el amor más puro, más perfecto, al poco tiempo, no queda absolutamente nada de eso, o bien queda, en su lugar, un odio profundo, o una terrible decepción causada por el daño o por la traición del otro.
          El amor de Amnón se transformó en un odio más grande que el amor que tenía antes. Y así suele ser. De tal manera, que hay una gran diferencia entre la pasión, que procede del alma, y el amor verdadero, que es espiritual.
La muerte que da paso a la vida
        Algunos de nosotros, los cristianos que llevamos algún tiempo caminando, nos enamoramos, y nos casamos sin saber estas cosas. ¿Y sabes, hermano? Mira, te vamos a contar.
Llegó un momento en nuestra vida en que se produjo el necesario "traslado" de los afectos. El cambio de un ámbito al otro. Y no fue sin dolor. Llegó un momento en que ese amor del alma que sentíamos hacia nuestra esposa desapareció. Con los primeros problemas, con las dificultades, desapareció. Y hubiésemos terminado definitivamente separados, como muchas parejas en el mundo, porque ese amor desaparece. Es sólo un entusiasmo, una pasión que se sacia al poco tiempo, porque está muy dependiente también del sexo y la parte física.
        Y después viene la rutina y todas las cosas propias de una pareja única. Entonces, en ese momento fue necesario que se produjera el cambio. Y desapareció el amor del alma. Pero en la aflicción y la angustia de ver la desaparición de un sentimiento tan amado y tan idealizado, el Señor, en su gracia, puso ese amor profundo, ese amor del espíritu. Ese amor que no cambia, y que no depende de los atractivos de la otra persona, ni de los méritos de la otra persona, sino depende de Dios que lo da. Es un amor que lo envuelve todo y que es capaz de amar aunque uno no sea amado. Y que es capaz de sobrellevar toda diferencia, y de perdonar todo lo que sea necesario perdonar. Creo que eso nos ha pasado a muchos de nosotros, de los que somos más viejos.
       Pero tenemos la esperanza de que en nuestros amados hermanos jóvenes no sea necesario. Y que desde el comienzo, el amor que una su corazón con el de la persona a la cual Dios escogió, sea este amor profundo que no conoce mengua ni sombra alguna. Que así sea. Vamos a poner nuestra confianza en eso.















 

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